De puerta en puerta y esquina en esquina
Arthur Miller recuerda con tres ramos de flores
que después de la caída
los músculos de la espalda
no pueden unirse ad hoc
como las notas de sus guiones para Gable.
Las mujeres tristes huyen oxigenadas,
con los pies por delante
y las uñas lacadas arriba y abajo.
No hay nada más que aportar a la consumación del drama
salvo el color de las rosas y los tulipanes
y la postal del forense.
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