martes, 22 de octubre de 2013

CLEPTOMANÍA I

Le robé a Ángel González su Bartok de todo
para que en los ratos muertos
rebañara la saliva de Gregory Samsa,
la atesoro entre sales de cristal,
un souvenir de la Praga de casas amarillas,
procesos y castillos.
No le sirve, por enjuto, la gabardina de Ignatius,
y dice que hiede a asiático americano
la alfombra orinada del Nota
Los herrajes de José se los cosí a los párpados
con agujas de venganza corena
y le cedí el pánico de Japón al crimen y al castigo
de los necios.
Es fácil comprender porqué Bartok prefiere a Ángel,
pero yo se lo robé
para que en los ratos muertos
me abrillantara el cristal de Ikea,
que apesta a cal europea.

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