Por una vez, a Ana Rid.
Calamidad se ha ido,
afiló sus lapiceros y cambió.
Me lo advirtió con un ladrido,
solloza ecos William Cody
en el centro de la pista.
Calamidad se ha marchado.
Llegó la diligencia,
abonó el billete y la secuestró,
ahora es su nave nodriza.
Calamidad se ha largado
y disemina en el espacio las virutas
del pueblo indio,
los monstruos, de saltimbanquis,
de forzudos y barbudas,
bestias del alambre.
No hay consuelo para el Búfalo,
ya no hay nadie que le quiera.
Calamidad se ha ido
para borrar la galaxia
a pintar nuevas estrellas.
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