Estoy aquí, sentado con el Migue. Se
supone que para eso están los colegas, ¿no? Estás mal. Indeciso.
No sabes cómo afrontar tal o cual situación y le pides ayuda a un
amigo. Para que te ayude. Y, joder, yo soy el campeón de los putos
indecisos. Si hubiera una peña de indecisos, por lo menos me
nombrarían tesorero.
¿Recuerdas ‘Mátrix’ –vaya, cómo
no: ‘Mátrix’. La quintaesencia de la filosofía contemporánea.
Migue… ¿ves aquélla señora?
–señalo con el dedo a una señora que se dirige al WC de la
cafetería.
No me mandes a cagar todavía. Espera
un segundo. Vale. Mátrix. Tú eres Neo, ¿me sigues? Estás sentado
delante de un pedazo de negro, Morfeo, que te está ofreciendo dos
posibilidades.
Hace tiempo que no eres mi camello
-¿por qué sigo juntándome con este yonqui de medio pelo?
Presta atención. Pastilla roja o
pastilla azul. Es tu maldito futuro el que tienes delante de ti. Y se
trata de elegir.
¿Tripis? –de qué está hablando
este tío.
Se me olvidaba que en el cole no te
sentabas muy adelante en clase.
¿Gracias a quién? –estoy a punto de
levantarme e irme.
¿Pero quién repitió tercero? –de
levantarme, partirle la cara e irme, mejor dicho-. De eso se trata
joder. ¿Qué prefieres? Saber qué es Mátrix o vivir una vida
normalita siempre añorando el qué pudo ser y no fue –Hay que
reconocer que, en ocasiones señaladas, sabe tocarte las pelotas.
A veces pienso -digo- que lo que tengo
con Sara es pura fachada. Como en la canción aquélla ¿era de los
Spinal Tap? -¡eso sí que era una banda!
Y no me malinterpretes, ¿eh? Que a mí
Neo me parece un gilipollas. ¡La pastilla roja! Pudiendo vivir como
le diese la gana entre nosotros el capullo elige ser un súper tío.
La gabardina molaba, vale. Y seguirías siendo una pila duracell para
los malos, vale –ya está, el desvarío. ¿Qué se puede esperar de
un tío que vio treinta veces seguidas la trilogía?
¿Crees que debería que debería
seguir con Sara entonces?
¿Con Sara? –bueno, he conseguido
centrarlo-. Quizás Neo no era tan tonto después de todo –saca el
córner y remata sobre mi propia portería.
Entonces ¿crees que me debería
arriesgar con Marta?
¿Qué es mejor, un tripi o una raya?
Eso depende de las personas. ¿Qué es lo que decía Nietzsche?: ‘Si
tienes un porqué para vivir encontrarás casi siempre el cuándo’
–ni siquiera sabe hacer citas.
El cómo.
¿Cómo? –definitivamente me voy.
No era el cuándo, era el cómo.
Gracias por todo tío, eres el puto amo.
¿Te vas?
Sí. Creo que la señora de antes me ha
inspirado –y salgo por la puerta.
Y bueno. ¿Por qué pensé que quedar
con el Migue era una buena idea? Tanta puta pastilla me ha revuelto
el estómago. ¿Sabéis? Puede que no os hayáis enterado de nada.
Pero yo he pillado por dónde iba el cabronazo. Se supone que se
trata de tomar decisiones. Siempre sale con Mátrix y las putas
píldoras cuando otros tienen que tomarlas. La idea es: ‘Haz lo que
te salga, pero no me des más el coñazo’. El Ying y el yang.
Blanco y negro. Vagina o escroto. Esa es la versión positiva. La
versión negativa me la ahorro. Estaríamos hablando de ingreso en el
psiquiátrico y, a fin de cuentas, un colega es un colega.
Y en lo que a mí respecta. Que le den
por culo. ¿Quién dijo que elegir sea bueno? Cuando Sara y Marta se
enteren de a qué estoy jugando ya me inventaré alguna excusa.
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